
Establecer límites eficaces
La mayoría de la gente conoce la historia de El árbol de los dones de Shel Silverstein, y a menudo elogian el libro porque trata del compartir y el desinterés. La historia trata de un árbol que está constantemente proporcionando a un niño pequeño a lo largo de su vida, desde pequeñas cosas como darle hojas para hacer una corona, hasta invitarle a cortar el árbol para hacer un barco. El árbol da continuamente al niño, incluso cuando ya no queda nada de ella. Aunque ésta puede ser una historia dulce desde el punto de vista del compartir y el desinterés, también nos habla de los peligros de la falta de límites. Del árbol no queda más que un tocón, en el que se sienta el niño, ya anciano.
Podemos dar y dar hasta que no quede nada de nosotros, afirmando que es porque amamos a los demás y sólo queremos ser útiles. Sin embargo, esa no es una forma de vida sostenible y saludable. Cuando damos tanto de nosotros mismos, apenas queda nada de nosotros para seguir dando en momentos posteriores. Es una forma exhaustiva de vivir.
Entonces, ¿por qué te hablo de un libro escrito para preescolares?
Porque demuestra la necesidad actual de límites eficaces.
Antes de profundizar en la definición de límites, examinemos si puede estar necesitando límites efectivos.
¿Sueles decir que sí a los demás cuando te gustaría decir que no?
¿Se desborda de responsabilidades hasta el punto de que su salud y su bienestar empiezan a resentirse?
¿Experimenta rabia, culpa y agotamiento cuando lucha por satisfacer y respetar sus necesidades?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es afirmativa, es posible que necesite establecer límites eficaces.
¿Qué son los límites?
Los límites son las pautas por las que decimos a los demás y a nosotros mismos cómo nos gustaría que nos trataran. Pueden referirse a nuestro bienestar integral, nuestro espacio personal, nuestros valores y creencias, nuestras responsabilidades laborales, nuestro tiempo y energía, por nombrar sólo algunos. Los límites demuestran respeto por nosotros mismos y por los demás. Son importantes porque protegen nuestra energía y evitan el agotamiento. Sin límites efectivos, estamos expuestos a personas que se aprovechan de nosotros, nos manipulan y nos coaccionan. Mantener los límites en nuestras relaciones demuestra qué comportamientos esperamos de los demás sin controlarlos. Permite el respeto y la comprensión de que somos más que el papel que desempeñamos en esa relación y en ese entorno.
Algunos ejemplos de límites son:
- Decir que no a alguien porque no quieres participar en una actividad incómoda.
- Sugerir otro momento para hablar de un tema determinado, cuando ambas personas se hayan calmado lo suficiente como para hablarse con respeto.
- Rechazar horas extra en el trabajo cuando te sientes agobiado.
- Poner tus objetos privados y personales en un cajón cerrado con llave en tu dormitorio.
- Establecer una hora límite para responder a los mensajes del trabajo.
- Estos límites pueden ser difíciles de imponer cuando estamos condicionados a pensar que es egoísta.
¿Qué es el egoísmo?
El egoísmo se describe como la priorización de la propia vida y el placer por encima de las necesidades y consideraciones de los demás. Alguien es egoísta cuando actúa sistemáticamente en su propio interés en cualquier situación y sin tener en cuenta el impacto en los demás. Aunque los límites consisten en dar prioridad a nosotros mismos y a nuestras necesidades, no llegamos al extremo de desatender a los demás. Además, los límites difieren en rigidez y consideración del egoísmo. Puedes modificar los límites para que se adapten mejor a la situación, incluso hacerlos más flexibles si es necesario dar más prioridad a las consideraciones de la situación. No hay nada intrínsecamente egoísta en querer estar cómodo, seguro y vivo. Los límites permiten esta posibilidad.
Es comprensible sentirse egoísta a la hora de poner límites debido a la importancia cultural del altruismo. Nos preocupamos por los demás y queremos evitar romper la armonía en todas nuestras relaciones. Puede parecer que traicionas la confianza y el compromiso que los demás han depositado en ti o que creas una situación incómoda en la que es posible defraudar a alguien. Aunque todo esto es importante tenerlo en cuenta, es saludable ocuparse de uno mismo cuando sea necesario. La generosidad y la compasión son cualidades fantásticas para cultivar en nosotros mismos, pero cualquier situación requiere equilibrio para ser saludable. Una vez más, los límites permiten cultivar el equilibrio.
Hay que tener en cuenta algunas consideraciones a la hora de establecer límites.
- Ten en cuenta que el establecimiento de límites depende de la singularidad de la persona, la situación y el entorno. Tendrá que haber un equilibrio entre rigidez y flexibilidad en función de las necesidades del contexto. En algunos contextos puede ser necesario establecer límites muy rígidos, mientras que otros pueden necesitar límites más flexibles. Es importante reflexionar y reevaluar los límites periódicamente, para asegurarse de que se ajustan al contexto.
- También puede haber una reacción de sorpresa en algunos entornos si esas personas nunca han tenido límites en ese entorno antes. Ten cuidado con quienes intenten manipularte para que te sientas culpable por establecer esos límites. Acepta a los que ven el establecimiento de límites como una oportunidad para comprenderte mejor y la responsabilidad colectiva que tienes.
- Queremos utilizar la empatía y la sensibilidad a la hora de comunicar nuestros límites. Hay que evitar la agresividad al establecer los límites. Algunas personas tienen la idea errónea de que establecer límites implica entrar en discusiones y demostrar comportamientos intimidatorios para ser firmes, cuando se trata de la práctica de permitir sólo interacciones respetuosas en ese contexto.
No es un proceso fácil establecer límites eficaces cuando se trata de estas consideraciones; sin embargo, resulta más fácil cuando reconocemos nuestra valía y el respeto que merecemos. Los límites no van a hacer felices a los demás, pero protegerán tu bienestar. Piensa en el establecimiento de límites más como un fortalecimiento de nuestras relaciones con los demás en lugar de construir muros para mantener a los demás fuera.
Ahora que ya hemos abordado los entresijos del trabajo con límites, ¿cómo empezamos a establecerlos?
- Conéctate con tu cuerpo mediante un escáner corporal. Nuestro cuerpo es muy intuitivo a la hora de informarnos de cómo nos sentimos emocional y somáticamente ante una persona, una situación o un entorno.
- ¿Pasar tiempo en este entorno, situación o con esta persona te agota o te llena de energía?
- ¿Qué emociones experimenta cuando se encuentra en estos contextos?
- Practica la atención plena en el presente. Esto permite que tu cuerpo conecte con tu mente.
- Los ejercicios de respiración y las meditaciones son buenos ejemplos de mindfulness.
- Reconoce tus necesidades y atiéndelas. Evalúe sus derechos y determine cuáles no se respetan.
- ¿Qué necesita tu cuerpo en este momento? ¿Necesita espacio? ¿Alimentación? ¿Descansar?
- ¿Siente que puede decir que no sin sentirse culpable? ¿Sientes que te tratan con respeto? ¿Siente que se le permite no cumplir las expectativas poco razonables que los demás tienen de usted?
- Comunica claramente tus necesidades en forma de límite.
- "Me sentí (emoción) cuando (acción realizada). De cara al futuro, necesito (acción de sustitución)." Esta es una buena plantilla para comunicar tus necesidades. Ten cuidado de no culpar a nadie, céntrate por completo en la acción y no en la persona que ha actuado.
- El lenguaje asertivo no es negociable y evita la falta de comunicación.
- Recuerda que "no" es una frase completa sin dar explicaciones.
- Pide ayuda, si la necesitas.
- Delegar responsabilidades si nos sentimos abrumados por lo que hemos asumido.
- Acuda a terapia si el agotamiento y la fatiga mental le resultan abrumadores o si tiene dificultades para establecer o imponer límites.
- Apóyate en tu sistema de apoyo para discutir el impacto de la carga de la responsabilidad.
Una última reflexión: todo el mundo merece respeto y comprensión por su espacio personal y tolerancia. Incluido usted.
Si desea ponerse en contacto con uno de nuestros consejeros de salud mental si necesita ayuda para establecer límites, póngase en contacto con (915) 209-1234 para más información.
Referencias
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Mort, S. (2021, 16 de mayo). ¿Son egoístas los límites? La respuesta es más complicada de lo que crees. Dra. Soph. https://drsoph.com/blog/are-boundaries-selfish-or-controlling